miércoles, 24 de febrero de 2010

Momento absurdo: Viaje al Valle del Elqui



KRISTEL


Como caminantes
que pasaron por el punto cero,
nos encontramos esperando
a que venga el rico amable,
y que por favor sea amable,
no como la mujer que nos dijo falacias,
no como el hombre que dijo no saber nada.

Después de pasar por el punto cero…

Nos interrumpieron y se acabó la espera.




EL RICO AMABLE


Lejos de la civilización,
donde dicen que aparecen los ORNIES
(objetos rústicos no identificados y estacionarios),
apareció como de la nada,
con su sonrisa iluminada,
y dijo “están como en su casa”,
y respondimos “bueno ya”.


Fuimos por alimento para el alma
y encontramos los orines de dios,
y entre grillos y ladridos,
y los cantares de los hombres
y música interestelar
comenzamos a escribir este poema: FIN.

Así fue como flato tras flato
se acabaron los orines de dios.


---Por Romina y Nim---

lunes, 22 de febrero de 2010

Momento ñoño: Mi vida como una película


Me gusta sentir que mi vida es como una película (con soundtrack y todo) y que me van a pasar cosas extraordinarias con personajes cool y zorrones en un tiempo irreal. Aunque probablemente mi película estaría llena de escenas absurdas, lugares comunes y actores sin talento, incluyéndome. No es mi película ideal pero así sería si filmara mi vida en esta pequeña ciudad.


Pero después de pensar tanta tontería y parecerme a un personaje frustrado de un musical (que se imagina a si mismo bailando y cantando con un montón de bailarines guapos), me acuerdo de esa canción de Radiohead que dice que la vida no es como las películas que sólo nos alimentan con mentiras blancas. Aterrizo.


Es verdad, la vida tiene muchas mentiras blancas y negras, y poquitos finales yankis de esos donde todos ríen por algún mal entendido. Las escenas donde “chico conoce a chica” en una esquina mientras llovía se van a la basura junto a todas esas malas ideas que uno quiso llevar a cabo pero sabe que no resultarán. En la vida real es más factible conocer a alguien por Messenger.


Entonces si las películas sólo me alimentan con mentiras blancas ¿Por qué me gustan tanto? ¿Sólo porque me entretienen?... no… quizás sea porque las veo como toda una obra de arte, con la estética de una buena pintura, con un guión que podría ser parte de un buen libro, con el soundtrack de un buen disco, etc. Y aunque la vida real es más compleja que la vida de la gente en las películas, éstas siempre nacieron de una situación real, de algo que alguien vio, de algo que alguien vivió…



Bueno, dejo la imagen de la genial escena de expectativas v/s realidad de la película “500 Days of Summer”, que a pesar de lo que dicen sus detractores, yo la defiendo pues veo en ella el intento de no engordarnos con tantas mentiras blancas.